Luego de haberse dado de baja un grupo de las inventadas Damas de Blanco en La Habana, ahora se han separado 19 de ellas en la zona oriental de la isla, específicamente en Santiago de Cuba. Los motivos son los mismos: desacuerdos con el autoritarismo y las tarifas de la nueva jefa Berta Soler.
La querella interna que se ha armado entre las llamadas “Damas de Blanco”, un dime y direte de alquilar balcones que como siempre, tiene un trasfondo que huele a podredumbre, ambiciones y de cuanto hay matizado por el clásico quítate tú para ponerme yo. A este desmembramiento podemos llamarlo la batalla por los “fulas” que mandan de EE.UU y que Berta no quiere repartir equitativamente.
Trascendió que Berta Soler participó a finales de marzo en un desayuno privado con el ex funcionario norteamericano en la oficina de la Sección de Intereses de EE.UU en La Habana, Brandon Allan Hudspeth. ¿Habrá recibido intrucciones sobre qué decir en cada uno de los escenarios que habría de visitar en su viaje?
Es curioso que quienes son presentados en los grandes medios como representantes de una supuesta “sociedad civil” cubana, celebren con júbilo la fecha en que Cuba pasó a ser una colonia norteamericana: el 20 de mayo.
¿Dónde están los familiares presos que las Damas de Blanco alegan defender? ¿Cómo se puede entender que terroristas con hechos de sangre en su expediente puedan considerarse presos políticos?¿Qué credibilidad pueden tener unos asalariados de una potencia extranjera que quieren mostrarse opositores?
El gobierno de los EE.UU. ha creado un complejo entramado para abastecer con dinero, recursos tecnológicos y otros materiales a sus asalariados en Cuba como Yoani Sánchez, las Damas de Blanco y demás opositores. Para lograr hacer esto se apoyan en agencias e instituciones norteamericanas las cuales son encargadas de hacer llegar estos recursos a los supuestos disidentes cubanos.
Durante su gira en EE.UU., la disidente Berta Soler, líder del grupo Damas de Blanco, se pronunció públicamente a favor del mantenimiento de las sanciones económicas contra Cuba. Por estas razones, la oposición cubana se encuentra aislada en Cuba y no dispone de ningún apoyo popular.
Los llamados luchadores por los derechos humanos en Cuba tienen una forma de luchar un poco rara: Mientras el socialismo cubano, aun con sus imperfecciones, lleva decenios haciendo malabares para garantizarle, a pesar del bloqueo de Estados Unidos, los más elementales derechos a sus ciudadanos, ellos se dedican a intentar derrocarlo.
Berta Soler llega a los Estados Unidos para reunirse, siguiendo los pasos del guión que le ha sido preparado a la “disidencia cubana”, para reunirse con los congresistas cubanoamericanos que han abogado durante años por el mantenimiento del bloqueo contra Cuba.
Varias integrantes y exmiembros de las Damas de Blanco denuncian las prácticas dictatoriales de la actual presidenta del colectivo, Berta Soler, así como su carácter violento, una imagen muy diferente de la que los medios de comunicación anticubanos han propagado.