La nueva era epistémica en que se ha ubicado la política, que ha aceptado la opinión y la apariencia como destinos, hace muy difícil diferenciar qué parte de ella es la que debe publicarse y cuál no. Algo elemental en tiempos de Maquiavelo y aún en los Weber.
Los medios extranjeros no han dejado de prestar atención la estampida hacia más de una decena de países que, simultáneamente y escudándose en la nueva política y ley migratoria cubanas, han efectuado los llamados disidentes u opositores al gobierno. De paso creo que cabe preguntar ¿quién pagó estos viajes simultáneos de la manada y quién los mantuvo durante sus diversas estancias?
Llega el momento en que el “ángel” — los manuales de redacción detallan cómo se pueden fabricar sin mucho gasto y con ingredientes que se hallan en el mercado — es inmune a lo que le puede pasar a un triste mortal. En esta fase, una espinilla madura en la nariz no puede ser más que una obra del malévolo régimen.
Me permito el derecho de denunciar a Amnistía Internacional por su campaña contra Cuba a través del premio otorgado al documental “Voces prohibidas” en el reciente Festival de Cine de San Sebastián. Al otorgarle su premio a este documental de tan bajo nivel de investigación está promocionando su uso en campañas que van en contra de los magníficos propósitos que proclama la organización.
Varios disidentes cubanos con sus familias llegaron a territorio español porque se oponían a la Revolución cubana y al socialismo.Meses después, agotadas las ayudas y desnudadas las mentiras, acabaron durmiendo en la calle, o desalojados de forma violenta por la Policía Nacional.
Lectores del libro de Yoani Sánchez expresan que fueron engañados. Lo que suponían fuera un manual técnico, completo y competitivo para los que tienen dificultades para usar Wordpress, no es más que un burdo manual de manipulación ideológica y un barato folleto de propaganda anticastrista.
Al cierre del Festival Internacional del Periodismo en Perugia (Italia) intervenía la bloguera “disidente” cubana Yoani Sánchez quien, desde hace dos meses, está cruzando las dos orillas del océano Atlántico, en una económicamente injustificable gira mundial cargada de embustes, distorsiones y todo tipo de manipulación de la realidad cubana.
Las ruedas de prensa a las que acostumbra asistir Yoani Sánchez cumplen con un guión predeterminado: sonrisas desplegadas, exclamaciones, fotos, fotos y más fotos, preguntas cómodas para la que mejor sabe mentir y manipular; pero hay días es que las PREGUNTAS son diferentes.
El periódico español Mundo Obrero fue censurado y sus reporteros Javier Couso y Heidi Sánchez agredidos durante la presentación del libro de Yoani Sánchez “Wordpress: Un blog para hablar al mundo”. Ella impasible lo vio todo y no dijo nada. Entonces, ¿de cuál libertad de expresión habla?
Un periodismo donde mediadora, entrevistada y entrevistadores marchan juntos -entre mentira y fraudes- hacia un objetivo común, donde las preguntas incómodas y la discrepancia con la visión dominante están prohibidas. ¿Será eso el tipo de periodismo independiente que Yoani Sánchez quiere llevar a Cuba?