Unos seis años después de que Obama llegó a la Casa Blanca con la promesa de poner fin a las políticas abusivas de Bush y asegurar que encabezaría un gobierno transparente que respetara la privacidad individual y la libre expresión, hoy es cada vez más difícil identificar qué hay de diferente en este rubro.
Los perseguidos de los regímenes totalitarios siempre han sido muy afectos a dar giras mundiales para denunciar que no tienen libertad, que carecen de recursos económicos y que viven encarcelados en sus fronteras. La gira mundial no es que te devuelva la libertad, pero te alivia bastante.
El periódico español Mundo Obrero fue censurado y sus reporteros Javier Couso y Heidi Sánchez agredidos durante la presentación del libro de Yoani Sánchez “Wordpress: Un blog para hablar al mundo”. Ella impasible lo vio todo y no dijo nada. Entonces, ¿de cuál libertad de expresión habla?
Rafael Hernández, académico cubano, contesta preguntas del bloguero Iroel Sánchez. Sobre Yoani Sánchez y otros “disidentes” recibidos en universidades norteamericanas: “Tenemos que acostumbrarnos a que haya moscas volando por ahí sin que se acabe el mundo.”
Los periodistas y promotores estadunidenses enfrentan una creciente represión y limitación de la libertad de expresión pues el derecho de la sociedad a saber qué hace su gobierno se subordina a lo que el gobierno dicta como necesario para “proteger” a esa sociedad, lo que llaman “seguridad nacional”.
Yoani Sánchez y Berta Soler, “estrellas rutilantes de la oposición cubana”, aprovechan su gira mundial para actualizarnos: lo que entendíamos por “libertad de expresión” no es tal. Ellas tienen la verdadera receta, aderezada por las sumas de dinero que reciben de sus empleadores.