Yoani Sánchez y Berta Soler, “estrellas rutilantes de la oposición cubana”, aprovechan su gira mundial para actualizarnos: lo que entendíamos por “libertad de expresión” no es tal. Ellas tienen la verdadera receta, aderezada por las sumas de dinero que reciben de sus empleadores.
Yoani Sánchez, famosa bloguera habanera, es un personaje peculiar en el universo de la disidencia cubana. El retrato es muy a menudo halagador, pero poderosos intereses y grandes sumas de dinero parecen esconderse detrás de la figura de la disidente cubana.
La gira internacional de la bloguera cubana Yoani Sánchez, financiada por “manos amigas” y personas que han pagado “colectas en Internet” para que nuestra pobre bloguera, cuyo humilde salario sobrepasa los 10 mil dólares mensuales, pueda desarrollar su viaje de 80 días por doce países.
Berta Soler, integrante de las damas de blanco, considera preso político a quien se robe un barco para salir del país porque le está robando algo al gobierno
Contrario a lo que al parecer pretendían quienes los han invitado, la presencia de los llamados disidentes cubanos en distintos países se está volviendo contra la imagen de independientes, tolerantes, luchadores por la libertad de expresión.
En un ataque a la libertad de información y de prensa, la organización del evento denegó el acceso a la reportera de Mundo Obrero Heidi Sánchez.
El viaje a Brasil de la bloguera Yoani Sánchez ha sido un auténtico fracaso por una razón fundamental. Ha destruido finalmente la imagen que se quiere vender a la opinión pública mundial,
Una fuente muy creíble me ha informado, a partir de un hecho público, que el empresario cubanoamericano Carlos Saladrigas sería uno de los misteriosos promotores de la visita de la bloguera Yoani Sánchez a Estados Unidos.