La máquina traductora
Su blog está en portugués,
en griego, ruso, coreano,
en alemán, italiano;
se lee en polaco, en inglés,
hasta en chino y japonés…
¿Cómo puede una señora
traducir a toda hora?
No sé cómo, no sé dónde
pero creo que ella esconde
la máquina traductora.
Dice que son voluntarios,
que no hay máquina ninguna;
pero ni un niño de cuna
cree sus cuentos ordinarios.
Si llega a esos escenarios
gracias a «manos queridas,
amigas y desprendidas»,
hay algo que ella no advierte:
su sitio tiene más suerte
que el de Naciones Unidas.
Le ofrece la traducción
un aparato completo;
lo guarda muy en secreto
y no brinda explicación.
Desconozco cuántos son,
pero yo estoy convencido
de que algún arrepentido
tendrá que decir un día
el dinero que obtenía
por cada post traducido.
El contrincante en verso