¿Qué se entiende por pasos positivos en la dirección correcta de Estados Unidos hacia Cuba?

Por Arthur González

Desde que salió a luz la más reciente Directiva Presidencial de Barack Obama, PPD-43, fechada el 14.10.2016, hay quienes la han calificado de “pasos positivos en la dirección correcta”, pero en la práctica es todo lo contrario por los propósitos que persigue: desmontar el socialismo desde adentro.

obama-3Sobre esto no hay mucho que aporta para demostrarlo, solo basta leer y analizar la propia directiva, además de las declaraciones de Ben Rhodes, asesor adjunto de Seguridad Nacional del presidente estadounidense y uno de los artífices de la nueva línea política anunciada por la Casa Blanca en diciembre del 2014.

A día siguiente de la abstención de Estados Unidos en la Asamblea General de la ONU sobre el informe presentado por Cuba contra el bloqueo económico, comercial y financiero, calificado por la CIA con guerra económica, el propio Rhodes le expresó a la cadena de noticias CNN en Facebook, que “el Gobierno cubano debe avanzar en sus propias reformas económicas si quiere que un eventual levantamiento de esa medida estadounidense tenga un verdadero efecto en su pueblo”.

¿Qué entiende el asesor de Seguridad Nacional por ese “avance”? Nada menos que instaurar una economía capitalista en la isla, haciendo votos porque el estado cubano lo privatice todo, algo que Estados Unidos añora para poder desmotar el sistema socialista.

Cuba decidió soberanamente aligerar la carga de determinados negocios que resultan inoperantes para el estado y que no resultan medios de producción fundamentales para el desarrollo de su economía, como son cafeterías y restaurantes, permitiendo que sean administrados por personas individuales, o por trabajadores en forma de cooperativas.

Los yanquis sueñan con hacer fracasar el sistema económico socialista, algo reconocido por los especialistas del Council on Foreign Relation, en sus propuestas de cambio de política hacia Cuba, en 1999, para lograr la transición al capitalismo, donde expresaron:

“La oposición de EE.UU. a la Revolución cubana y el apoyo a la democracia y al desarrollo en este hemisferio, lograron frustrar las ambiciones cubanas de expandir su modelo económico e influencia política”.

Esa aseveración es el resultado de la aplicación de la guerra económica desde hace casi 60 años, para: “inducir al régimen comunista a fracasar en su esfuerzo por satisfacer las necesidades del país, unido a operaciones psicológicas acrecentarán el resentimiento de la población contra el régimen”, tal y como consta en el Programa Cuba, aprobado por el presidente J.F. Kennedy en 1962.

Si esto es así, ¿se puede afirmar que los pasos de Obama en flexibilizar algunas exportaciones e importaciones, solo para el segmento de trabajadores no estatales, van en la dirección correcta?

La mencionada directiva DPP-43, no deja lugar a dudas sobre sus propósitos y ninguno marca pasos verdaderamente positivos, pues recalcan que continuarán condenando a Cuba por la supuesta violación de los derechos humanos, incluidos los derechos de libertad de expresión, religión, asociación y reuniones pacíficas, violaciones falsas que pretenden mantener una imagen negativa de la Revolución cubana.

La DPP-43 insiste en mantener la manipulación de su política migratoria para dar continuidad a las campañas mediáticas de que los cubanos “huyen del comunismo”; la Radio y TV Martí con sus transmisiones ilegales hacia Cuba; más los programas subversivos de apoyo político y financiero a la contrarrevolución interna, fabricada por la CIA.

Un aspecto vital para la soberanía de Cuba es la devolución del territorio ocupado desde 1902, por la Base Naval en la provincia de Guantánamo, mediante el ignominioso apéndice constitucional conocido como Enmienda Platt.

El tema del acceso a las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones de tanto interés para la parte estadounidense, persigue un fin malsano, al afirmar que “impulsar la conectividad a Internet permitirá incrementar la capacidad de los jóvenes para que puedan intercambiar información e ideas con el mundo”, algo que sigue los planteamientos del senador Marco Rubio, miembro de la mafia anticubana, el cual aseguró durante un evento en el año 2012 organizado por la Fundación Heritage de Estados Unidos y Googles Ideas, que:

“El sistema totalitario cubano podría derrumbarse, si todos los cubanos tuvieran libre acceso a Internet, pues Cuba seguiría la misma suerte de aquellos países que pasaron la Primavera Árabe”.

La ampliación de las licencias de viajes vista por ellos, responde al interés de trasladar los valores y símbolos de la sociedad norteamericana, así como apoyar al sector de la economía privada, a través de los vínculos persona a persona.

En la Directiva se insiste en que “el Departamento de Estado seguirá codirigiendo esfuerzas con la USAID, para asegurar que los programas de promoción de la democracia sean transparentes y estén en consonancia con los programas existentes para otras sociedades similares”, entiéndase lo realizado contra Venezuela, Ecuador, Bolivia y en otras naciones que tienen gobiernos no aceptables para la Casa Blanca.

Estos elementos nunca podrán ser considerados por el pueblo cubano como “pasos positivos en la dirección correcta”, porque todos van en la dirección de lacerar la soberanía nacional y en contra del sistema socialista aprobado por 8 millones de cubanos en votación secreta.

Los cubanos conocen muy bien las estratagemas yanquis y no se dejarán confundir con cantos de sirenas.

Con sus políticas hipócritas los Estados Unidos hacen recordar lo expresado por José Martí:

“Mientras más de cerca toco las cosas políticas, más repugnancia me inspiran”

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